Esta vez el héroe serbio no fue Novak Djokovic. Quien se vistió de inmortal fue Janko Tipsarevic, que obtuvo una extraordinaria victoria ante Radek Stepanek por 6-0/7-6/6-4 en lo que fue la disputa del quinto punto y metió a Serbia en la final de la Copa por primera vez en su historia
La jornada de domingo iniciaba con Serbia en desventaja por 2 a 1, por lo que el capitán del local, se jugó por el número 2 del mundo para salir a empatar la serie. Gran e inteligente decisión. Djokovic saltó a la cancha, apoyado por los miles de serbios presentes, con la misión de vencer a Berdych, empatar la serie, y dejar todo en manos de Tipsarevic. Nole cumplió ante su gente, se reivindicó (había perdido ayer en el dobles junto a Nenad Zimonjic) y batió al checo por 4-6/6-3/6-2/6-4 y ponía a su país cada vez más cerca de lograr el objetivo.
Era el turno de Janko, uno de los tipos más carismáticos dentro y fuera de la cancha. Entró a jugar con una autoridad y una agresividad digna de número uno. Utilizó bien la presión que significaba afrontar el último punto, decidió bien, plasmó mejor, y le dio una lección de tenis a un Stepanek que había vencido el viernes a Troicki.
Lo que más resalta de el equipo serbio, es ese sentido de patriotismo que tanto los une. Nada ni nadie está por encima del país, que dicho sea de paso, supo de sufrimientos. La humildad, el sacrificio, el compromiso y la esperanza, son las bases de este increíble equipo serbio.
La amistad que comparten Djokovic, Tipsarevic, Troicki y Zimonjic es tan transparente que atrae y agrada para quien la denota. Bien por ellos, que disfruten, lo merecen!
La amistad que comparten Djokovic, Tipsarevic, Troicki y Zimonjic es tan transparente que atrae y agrada para quien la denota. Bien por ellos, que disfruten, lo merecen!
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