miércoles, 11 de agosto de 2010
Djokovic, la respiración, el calor y su "puesta en escena"
El campeón del Abierto de Australia en 2008, le ganó por un doble 7-5 al francés Julien Benneteau en poco más de dos horas bajo un intenso calor en Toronto.
Pero lo que más acaparó la atención de más extraños que propios, no fue el partido en sí, sino el preocupante estado físico del serbio.
Ya dejó de resultar atípico notar a Novak Djokovic ahogado y cansado dentro de la cancha. Para quienes no saben, el serbio tuvo que someterse a una operación en 2004, para moverse el tabique, ya que su desviación le obstruía la plena oxigenación.
Sin embargo su problema aún persiste y a mi modo de ver, es el principal causante del quedo, en reiteradas etapas cúlminantes de los torneos más importantes y desgastantes. Brazos en alto, cuello hacia arriba, boca abierta y hombros alzados, forman junto a la desesperada mirada de Novak, una suerte de ritual constante en busca de aire previo a servir, durante un cambio de lado o en la silla.
Muchos jugadores y aficionados, repudian cada vez que Djokovic solicita asistencia durante los partidos, ya que presumen del verdadero objetivo, ganar minutos de oxígeno. No lo veo mal. Es más, yo planteo a esos jugadores a modo de pregunta. Sabiendo que está ahogado debería su rival tomar partida de eso y hacerlo correr, pero "el problema", es que Nole termina ganando la gran mayoría de las veces.
Debe tratarse de un conficto sin solución, de no ser así, es incomprensible que su cuerpo técnico, más precisamente su preparador físico, no haya encontrado hasta el momento la manera de solventar dicha dificultad, que priva a este excelentísimo jugador de mostrar su mejor versión.
Por lo pronto, el actual número dos del planeta, está en tercera ronda de Toronto, instancia en la que Hanescu aguarda por él.
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