Otra vez lo mismo, otra vez ganó Djokovic, adentro y fuera de la cancha, con su juego, con su carisma. Batió nuevos récords y regaló a la audiencia y a sus fieles seguidores, otra semana y media de alegría en el circuito.
Se consagró campeón del Masters Series de Madrid tras vencer en la final al número uno del mundo, Rafa Nadal, por 7-5 y 6-4 en un partido jugado al máximo de las posibilidades de ambos.
Ganó el octavo Masters 1000 de su carrera y tercero del año. Los anteriores dos los obtuvo en Indian Wells y Miami, torneos en los que al igual que en este, enfrentó y venció a Nadal en las finales.
Conquistó su sexta copa de la temporada, alcanzó su victoria número 32 de manera consecutiva y está segundo en la historia como el jugador de mejor inicio de año, por detrás de John McEnroe con 42. Lleva perdidos apenas 8 sets. Sobresaliente, excepcional.
Festejando con su hermano Marko, su entrenador Marian Vajda y el resto de sus colaboradores
El partido fue magnífico, a la altura de lo que se podía esperar del 1 y 2 del mundo. Caracterizado entre otras cosas por los interminables peloteos a los que mutuamente se exigíeron.
La particularidad de antemano, era que sobre dicha superficie, Rafa siempre le había ganado al serbio. La estadística marcaba un 9-0 y con apenas 3 sets perdidos de parte del español. Pero volvió a quedar en claro que el tenis no depende tanto de las superficies como de los momentos. Nadal alcanzó la final jugando un tenis bárbaro, a su estilo, apabullante, sólido en defensa y sin grandes sobresaltos, en tanto Novak, llegaba con algunas dudas, como parte de lo manifestado en cuartos y semis. Nada tuvo que ver el desempeño desplegado esta tarde frente a Rafa con el mostrado ante Ferrer y Bellucci, rivales que no le permitieron imponer su patrón y con los que tuvo que batallar por demás para vencerlos. Hoy saltó a la caja mágica decidido a ganar, enfocado en hacer daño. Estuvo súper fino en sus golpes y gozó de su principal aliado de la jornada, su revés cruzado, con el que lastimó de sobremnaera.
Por otro lado, Rafa sorprendió con su juego corto y poca toma de iniciativa. Tuvo pasajes de gran juego pero que nunca pudo extenderlos dada la superioridad de Djokovic y su sensacional temple para neutralizar dichos momentos, en un estadio que apoyó al local en todo momento y contó con figuras del deporte como Carlos Moyá, Cristiano Ronaldo e Iker Casillas, entre otros.
Hasta hoy Nadal llevaba 37 victorias consecutivas sobre polvo de ladrillo y quedó a 14 títulos de Guillermo Vilas, que con 45 es el máximo ganador sobre la superficie. Se fue el cuarto Masters mientras el quinto abría juego en la jornada de hoy en Roma. Difícilmente ocurra pero...Si Rafa queda eliminado en cuartos y Nole lo gana, habrá nuevo número 1 del mundo.
"Buenas tardes", "gracias", algunas de las palabras que dijo Nole en el agradecimiento final. Todos querían una foto con el mejor tenista del momento.
Djokovic está demostrando este año ser un jugador sospechosamente superior a todos su rivales y, de mantener es ritmo, tan sólo al 80 porciento podrá llegar a ser uno de los mejores de la Historia.
ResponderEliminarSin embargo, como deportista y compañero deja bastante que desear. Siempre ridiculizando con sus absurdas imitaciones a sus compañeros, gesticulante y provocador, no duda en parar el partido fingiendo lesiones.
Si en tenis ha alcanzado el nivel de Federer o Nadal (o al menos se ha aproximado mucho) como persona y compañero está a años luz de ellos.
Sin duda es un gran jugador y lo esta demostrando en cada torneo, tiene cualidades para llegar a ser numero uno durante un tiempo, pero creo que tantas bromas, declaraciones y acciones que no tienen que ver con el juego hacen que la gente le vea inferior que al resto, no tan buena persona como otros.
ResponderEliminarEs un buen jugador y se puede decir que esta en racha, pero personalmente no me gustan sus formas y como es cuando pierde o las cosas le salen mal
ResponderEliminar