jueves, 27 de enero de 2011

Djokovic finalista de Australia: Memories...


A medida que se suceden las circunstancias, Novak Djokovic se va dimensionando y transformando en ese jugador por el que siempre se esperó. El jovencito de apenas 23 años, arrolló 7-6(3)/7-5/6-4 al mejor jugador de todos los tiempos y máximo ganador de Grand Slams, Roger Federer. De esta manera, Nole alcanzó su cuarta final en torneos de esta categoría. De las tres anteriores que disputó, ganó una, precisamente en Australia 2008, las restantes dos, las perdió en el Us Open, una ante Federer (2007) y la otra frente a Nadal (2010). Un hambriento serbio espera ahora por Murray o Ferrer.

Los grandes gozan de esa frialdad vital, para llenarse de temple y coraje en los momentos terminantes. Las piernas no tiemblan, la muñeca está firme y los ojos en la pelota.
Djokovic está atravezando un dulce momento de maduración, que bien lo complementa con su dotado tenis. Es cierto que le gusta divertirse, salirse del molde, imitar colegas y marcar su llegada. Es una suerte de showman, pero bien, siempre fuera de la cancha.
Hay que mostrarse tal cual uno es, es parte de la psicología del deportista de alto rendimiento tan sano como necesario.

Hoy jugó otro de esos partidos que recordará siempre. Se tomó la medicina de la agresividad, y en todo momento le demostró a Federer que se trataba del 3 del mundo. Hay ciertos partidos como este, en los que hay que confiar en uno y tirar. Apostar a tus mejores golpes y jugártela, ya que esa será la única forma de derrotar a un gigante. Así lo propuso Nole, que en cada golpe, hizo vibrar sus cuerdas de sobremanera. Persiguió y eliminó toda pelota de su territorio y estuvo certero a la hora de cerrar y salvar puntos determinantes. Bravo.



Roger Federer y Novak Djokovic, reeditaron en Australia, lo ocurrido meses atrás en la semifinal del Us Open. Para quienes no lo recuerdan, el actual 2 y 3 del universo jugaron por esta misma instancia en lo que fue el último Grand Slam de la temporada 2010. Ese 11 de septiembre, se disputaron cinco sets en 224 eternos, duros y atomizantes minutos que tuvieron como vencedor también, al ahora finalista de Melbourne.

Credit: Getty Images via ATP.

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